Según el autor principal de la investigación, Amit Garg, MD, del Centro de Ciencias de la Salud de Londres y la Universidad de Western Ontario, aunque el incremento del riesgo absoluto fue pequeño, los resultados tienen importantes implicaciones clínicas. Estos sugieren que cientos de hospitalizaciones y muertes en nuestra región potencialmente pueden haber sido asociados con esta interacción fármaco-fármaco en gran medida prevenible.
Los resultados del trabajo, presentados en la Semana del Riñón 2013, también fueron publicados en línea el 9 de noviembre en la revista JAMA, coincidiendo con su presentación.
La claritromicina es un inhibidor del citocromo P453A4, la enzima que metaboliza los bloqueadores de los canales de calcio. Investigaciones anteriores han demostrado que el antibiótico puede causar la elevación de las concentraciones en sangre de los bloqueadores de los canales de calcio hasta en un 500 %.
Una advertencia de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) de EE.UU. establece que se han reportado reacciones adversas graves en pacientes que toman claritromicina concomitantemente con sustratos del CYP3A4, que incluye los bloqueadores de los canales de calcio metabolizados por dicho citrocromo (como amlodipina, felodipina, nifedipina, diltiazem o verapamil).
Según el Dr. Garg, las razones para continuar coprescribiendo ambos grupos de drogas, a pesar de las advertencias, siguen sin estar claras. Se sabe que algunos médicos y farmacéuticos no están al tanto los peligros potenciales del uso de estos 2 tipos de medicamentos juntos.
En un esfuerzo por determinar la magnitud de los eventos clínicos adversos graves provocados por la coprescripción, el Dr. Garg y su equipo llevaron a cabo un estudio retrospectivo basado en la población de adultos mayores en Ontario, en los que fueron prescritos los 2 medicamentos juntos.
Identificaron 96.226 adultos mayores de 76 años que recibieron recientemente prescripción de claritromicina y 94.083 pacientes a quienes se prescribió la alternativa, la azitromicina, mientras tomaban un bloqueador del canal del calcio como amlodipina, felodipina, nifedipina, diltiazem o verapamil.
Debido a que la azitromicina es sólo un inhibidor débil del CYP34A, no se espera el tipo de intensificación del bloqueador del canal del calcio que se produce con claritromicina.
El más común bloqueador del canal del calcio – amlodipina – fue prescrito a más de 50 % de los pacientes. Para los pacientes que tomaban un bloqueador del canal del calcio, el riesgo absoluto de hospitalización por insuficiencia renal aguda fue mayor en los pacientes que también tomaron claritromicina que en los que tomaron azitromicina (0,44 % vs 0,22 % ; razón de odds [RO] = 1,98).
Los pacientes que tomaron claritromicina también tuvieron un mayor riesgo de hospitalización por hipotensión (RO, 1,60) y de mortalidad por todas las causas (OR, 1,74).
Aunque los incrementos absolutos de los riesgos pueden haber sido subestimados debido a la limitada sensibilidad de los códigos de diagnóstico, se capturaron las formas más graves de las condiciones, haciendo dichos resultados de particular interés para los clínicos y los encargados de tomar decisiones sanitarias.
Un análisis de subgrupos mostró que las dihidropiridinas, especialmente la nifedipina, como los bloqueadores de los canales de calcio asociados con el riesgo más alto (RO: 5,33), con un aumento del riesgo absoluto del 0,63 %. El riesgo con nifedipina fue seguido por felodipina y amlodipina.
Los investigadores previamente confirmaron que no existen diferencias significativas entre la claritromicina y la azitromicina en términos de las tasas de riesgo de 30 días de hospitalización por insuficiencia renal aguda, en ausencia de otros medicamentos que interactúan. El uso de los bloqueadores de los canales de calcio por sí solos en los 90 días anteriores a la coprescripción antibiótico no afectó los resultados de 30 días .
Debido a la función de los riñones en la eliminación de la claritromicina, se requieren pautas de dosis reducida del antibiótico en pacientes con enfermedad renal crónica, pero los investigadores encontraron que esto rara vez ocurre en la práctica habitual.
Los programas de prescripción electrónica más nuevos con software de reconocimiento de las interacciones integrados disminuirán significativamente el riesgo de estas situaciones.
Observaron que no hay mayor riesgo relativo de hospitalización, pero el número absoluto necesario para dañar de la coprescripción era mucho menor en los pacientes con enfermedad renal crónica.
Aunque la claritromicina puede ser un poderoso antibiótico contra las infecciones, los médicos tienen otras opciones disponibles para la prevención de las interacciones.
La claritromicina puede ser la mejor opción en algunos casos, especialmente en pacientes que están gravemente inmunodeprimidos, tales como pacientes con VIH / SIDA, o en el tratamiento de gérmenes extremadamente resistentes a los medicamentos; en estos casos, es necesario quitar primero el bloqueador del canal del calcio al paciente. Sólo se tiene que cambiar la medicación de la presión arterial, pero hay que saber que hay que hacerlo.
Referencias:
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Kidney Week 2013: The American Society of Nephrology 46th Annual Meeting. Abstract SA-PO031. Presented November 9, 2013.
Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
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